El origen del Puff
El origen del puff en los tiempos modernos está asociado a los diseñadores italianos Piero Gatti, Cesare Paolini y Franco Teodoro, quienes lo concibieron como un cojín de grandes proporciones (puff gigante) utilizado como asiento y pieza decorativa. Pero ¿será que estas bolsas de gran dimensión que pueden ser utilizadas en varios contextos, como en la playa o al aire libre, comenzaron realmente en 1968 con aquellos diseñadores?
Poca gente lo imagina, pero el origen del puff es noble; existen relatos que lo asocian al Antiguo Egipto, donde servían de apoyo a reyes y reinas, y rápidamente se transformaron en una verdadera moda en las casas más ricas de la Grecia Clásica y la India.
De hecho, el puff fue utilizado más tarde, en el siglo XVIII, en la región de Magreb. Eran asientos bajos, sin respaldo y muy suaves, utilizados por la clase más acomodada, lo que permitía realizar comidas en el suelo de forma cómoda, ya que se adaptaban al cuerpo.
Solo fue en el siglo XIX que aparece por primera vez en las casas europeas como un elemento de confort y decoración. En esa época, los italianos Piero Gatti, Cesare Paolini y Franco Teodoro deconstruyeron los famosos asientos clásicos e inventaron un nuevo concepto de “Sacco Silla” verdaderamente rebelde. A finales de los años 60, asociado al movimiento hippie, era frecuente ver a hombres con pelo largo y barba, y mujeres con trenzas, en intensas conversaciones sentados en los grandes puffs…
Desde siempre, los puffs han sido sinónimo de confort, y aunque durante algún tiempo han estado un poco olvidados, hoy en día son claramente piezas importantes en la decoración moderna.
Estos cojines versátiles se han vuelto tan famosos que hoy en día se utilizan como cojines de playa y, en algunos casos, están asociados a bolsitas de playa o se utilizan como accesorios para jardines o piscinas.
A diferencia de una silla, las personas pueden moldear un puff y sentarse en varias posiciones cómodas, ya que en su interior tiene bolas de poliestireno que se ajustan y se moldean al cuerpo, proporcionando un soporte fantástico. Después de un día estresante de trabajo, relajarse en un puff permite aliviar la espalda, el cuello, los hombros y la cabeza, brindando una comodidad excepcional.
La mayoría de las personas vive con estrés, siempre muy ocupadas, y nuestro sofá no siempre es el mejor lugar para relajarse. Comodidad es la palabra clave cuando nos referimos a un puff, donde podemos sentarnos, estirarnos, dormir y relajarnos.
La elección del tejido en el momento de la confección es fundamental. Los tejidos deben ser suaves y cómodos, pero a la vez resistentes. Deben ser lavables, ya que inevitablemente se ensuciarán.
Los puffs son objetos muy ligeros, lo que permite trasladarlos a diferentes zonas de la casa. Pueden usarse en el dormitorio y luego trasladarse fácilmente al salón o al jardín de la casa. Son muy versátiles, fáciles de limpiar, prácticos y divertidos. ¡Son atemporales! Encajan en cualquier lugar: espacios de ocio, coworking, jardines, casas o en la playa.
Son piezas esenciales en ambiente de trabajo, ya que permiten relajarse mientras se toma un descanso. Son el aliado perfecto para leer un libro y disfrutar de una bebida… ¡la combinación perfecta!
¡A los niños les encantan los puffs! Son súper cómodos para cualquier niño que quiera ver una película o jugar videojuegos. Son ideales para sesiones de cine en casa con amigos.
El jardín y las terrazas de las piscinas piden puffs de exterior. ¡Acostarse en un puff junto a la piscina para conversar, echar una siesta o simplemente para disfrutar del sol y relajarse!
Intentamos que nuestros puffs sean todo esto: ¡atemporales, alegres, cómodos, resistentes y esenciales en tu día a día!
¡Moldea tu cuerpo a un puff!